viernes, 30 de noviembre de 2007

No es lo mismo . . .

31 de Enero . . .

¡Yo tenía un hermano gemelo, un día, trágicamente, uno de los dos murió. Aún no logro saber si fue él o fui yo! . .

A la vera de la ruta nacional que une La Carlota con Río Cuarto y a la altura de Reducción, como un inmenso dedo admonitorio y acusador culpando al cielo, aún permanece ese mudo, no convicto ni confeso culpable de aquel hecho trágico en esa tarde bochornosa del 31 de Enero de l994.
Y allí perdura, como un imperecedero testimonio de la insoportable levedad con que a veces se manifiesta la incomprensible fuga de la vida hacia la muerte, cuando cabalgan en alas de lo impredecible . . .

“Aquí yacen de aquel ser los despojos: la parte principal volvióse al cielo; con ella fue el valor, quedóle al suelo, miedo en el corazón, llanto en los ojos”. (Fray Luis de León)

¡No es lo mismo! . .
In memorian de Dany

La muerte no lo buscó,
se encontraron, no es lo mismo.
Ella andaba de rutina
por si acaso, y al descuido,
machucando algunas flores
para despuntar el vicio.
Más, como muerte que es,
con su ineluctable designio
no le esquivó a ese regalo
que le ofrecían, servido.
Qué rareza que ella andara
a plena luz, en ese sitio
y él, abstraído volara
buscando un algo perdido.
Con qué canto de sirena
le habrá besado el oído
a aquel que siendo capaz,
buen piloto, precavido,
no pudiera imaginar
ese escollo, subrepticio.
Qué recuerdo lo distrajo,
qué artilugio, qué espejismo,
que no presintió el final,
y lo halló, desprevenido.
Y así fue que se ensañó
con quien fuera tan buen tipo,
que remontaba la vida
en alas del optimismo.
Porque le creo al azar
y no al destino, repito:
la muerte no lo buscó . . .
se encontraron, ¡No es lo mismo!

DelsioEvarGamboa’07

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